No sigas las huellas de los antiguos. Busca lo que ellos buscaron. (Haiku de Matsuo Bashoo)

jueves, 8 de noviembre de 2012

Clase del 7/11/2012

El Del Maestro de Santo Tomas de Aquino

(O sobre escolasticismo y comunidad de indagación)

Me encantó la clase de hoy (¡espero que a ustedes también!), hubo mucho cuestionamiento, muchas preguntas que tenían respuestas ambiguas y que me hicieron replantearme mis convicciones sobre lo leído de Santo Tomás, además de una mejor forma de explicarlo. Hubo conversaciones entre ustedes mismos, dejándome a un lado, cosa que para la metodología de la comunidad de indagación es una bendición, un resultado óptimo.
Hubo discusiones sobre si la potencia aristotélica ya puede considerarse como "que está allí", en la forma de la pregunta "¿El conocimiento según Santo Tomás, ya que él considera que está en potencia dentro del hombre, puede considerarse que ya está entonces dentro del hombre?" Yo les diría que son preguntas muy interesantes, por ejemplo, para una monografía, aunque, claro, yo personalmente la llamaría una "monografía escolástica" en el sentido peyorativo del término, jajaja. En realidad, esas discusiones tan ricas creo que tienen, más que una finalidad fuera del aula, una finalidad en sí mismas: nos forman como personas que dialogan, que saben que no saben y muchas veces no saben lo que no saben, que se preguntan unos a otros y descubren que no saben, y junto a otros se acercan un poco más a saber, aunque nunca será suficiente. Eso creo que es lo que hicimos hoy especialmente en clase. Y eso es justamente lo que estaría muy bueno que pudieran expresar en el parcial: la problematización de las cuestiones que ha suscitado el curso y que, aunque no tengan respuestas, les hayan dado una nueva perpectiva para pensar las cuestiones actuales sobre educación. Si logramos esto, el principal objetivo del curso se habrá logrado.
Todo esto me hace pensar que la rama del escolasticismo que quedó petrificada y ridiculizada por su fijación en cuestiones de la razón que al incipiente mundo moderno ya no le importarían, eran a pesar de todo un ejercicio necesario de la razón, como lo es hoy la finalidad de las clases de filosofía que la mayoría de los estudiantes de secundaria piensan que "no sirve para nada", o el incipiente uso de la comunidad de indagación en diversos ámbitos de educación en sus tres niveles. Puede que no se llegue a respuestas definitivas, pero el proceso de luchar por conseguir esas respuestas, en diálogo y por medio de la argumentación, ya nos hace mejores que un rato antes de entra a una clase en especial. Para pensarlo, y para reivindicar al escolasticismo, incluso en su rama más anquilosada...

Y para dejarlos con algo de literatura, encontré en un blog de una congregación religiosa un fragmento de una novela de G.K. Chesterton sobre la vida de Santo Tomás de Aquino. El fragmento, que transcribo abajo, no tiene nada que ver con la temática de la educación, pero es una hermosa reflexión de Chesterton sobre un episodio de la vida de Santo Tomás. El lenguaje, además, es hermoso, y es un buen ejemplo de un fragmento de novela histórica. Yo no conocía esta novela de Chesterton, y ahora me pondré en campañan para conseguirla.
Ojalá les guste. Hasta el lunes, con la última parte de LeGoff y del curso.

Santo Tomás de Aquino por G. K. Chesterton

Más probablemente la revelación más fiel de lo que fue su vida puede encontrarse en el famoso cuento del milagro del crucifijo, cuando en la soledad de la iglesia de Santo Domingo de Nápoles una voz habló desde el Cristo esculpido y dijo al fraile arrodillado que había escrito bien, y le invitó a escoger una recompensa entre todas las cosas del mundo.

A mi modo de ver, no se ha apreciado el secreto de esta anécdota particular aplicada a este santo particular. Es cosa vieja que a un devoto de la soledad y de la sencillez se le invite a elegir entre los premios de la vida. El eremita verdadero o falso, el fanático o el cínico, el Estilita sobre su columna o Diógenes en su tubo, pueden todos ser presentados como tentados por los poderes de la tierra, del aire o de los cielos, con el ofrecimiento de la mejor de todas las cosas y respondiendo que no quieren nada. En el cínico o estoico griego realmente significaba la negación: que no quería nada. En el fanático o místico oriental a veces significaba una especie de negación positiva: que quería la nada, que la nada era precisamente lo que quería. A veces expresaba una noble independencia junto con las virtudes mellizas de la antigüedad: el amor de la libertad y el odio a la abundancia. A veces significaba la propia suficiencia, que es lo opuesto a la santidad. Mas aún las anécdotas de este género de otros santos no llenan precisamente el caso de Santo Tomás. Él no era uno de ésos que no quieren nada; era una persona muy interesada en todas las cosas. Su respuesta no es tan inevitable o sencilla como algunos podrían suponer. Comparado con muchos otros santos y muchos otros filósofos, él era ávido en su aceptación de las cosas, en su hambre y sed de las cosas. Fue su especial tesis espiritual que realmente hay cosas, y no sólo una; que los muchos existen lo mismo que el uno. No me refiero yo a cosas que comer, beber o vestir, aunque él nunca negó a éstas su lugar propio en la noble jerarquía del ser, sino más bien cosas que pensar y que probar, que experimentar y que conocer. Nadie supone que, cuando Dios ofreció a Tomás de Aquino que escogiese entre todos los dones de Dios, él pediría mil libras, o la corona de Sicilia, o un regalo de añejo vino griego. Mas podía haber pedido cosas que necesitaba, y era un hombre que podía necesitar mucho, como ansiaba el manuscrito perdido de San Juan Crisóstomo. Podía haber pedido la solución de una antigua dificultad, o el secreto de una nueva ciencia, o una chispa de la inconcebible mente angélica de los ángeles, o cualquiera de las mil y una cosas que habrían de veras satisfecho su amplio y varonil apetito, de la misma amplitud y variedad que el Universo. La cuestión es que, para él, cuando la voz habló de entre los brazos abiertos del crucificado, aquellos brazos estaban verdaderamente abiertos y abriendo gloriosamente las puertas de todos los mundos; eran brazos señalando al Oriente y al Poniente, a los fines de la tierra y a los extremos de la misma existencia. Estaban verdaderamente arrojados con un gesto de omnipotente generosidad; el Creador mismo ofreciendo la misma creación, con todo su misterio millonario de seres separados y el coro triunfal de las criaturas. Ése es el fondo resplandeciente del ser múltiple que da particular fortaleza y aun una especie de sorpresa a la respuesta de Santo Tomás, cuando él levantó por fin su rostro y dijo con y por aquella audacia casi blasfema, que es una sola cosa con la humildad de su religión: “Elijo a Vos mismo”.

O, añadiendo a esta anécdota la ironía nímbica y aplastante, tan únicamente cristiana para aquellos que la entienden, algunos creen que la audacia está suavizada porque dijo: “Solamente a Vos mismo”.

(G. K. Chesterton, Santo Tomás de Aquino, Colección Austral, Espasa-Calpe S.A., Madrid, 1985, 11ª edición, pp. 124-126).

lunes, 5 de noviembre de 2012

Clase del lunes 5/11/2012

Segunda parte de Los intelectuales en la Edad Media - LeGoff

Novedades:

En primer lugar, calendario.
Ya están todas las preguntas para el segundo parcial publicadas en la plataforma, y las próximas clases serán las siguientes:
Miércoles 7: Santo Tomás de Aquino
Lunes 12: Tercera parte de LeGoff
Miércoles 14: Clase general de repaso y consultas
Lunes 19: Clase de consulta para personas que en particular quieran conversar acerca de cómo mejorar una calificación baja.
Miércoles 21: PARCIAL.


En segundo lugar, respondo preguntas que se me hicieron hoy en clase y no supe las respuestas.
Al parecer la reyerta entre estudiantes y la policía en París en 1229 comenzó en una taberna, de la que algunos burgueses echaron a un grupo de estudiantes que seguramente estaban ebrios y haciendo escándalo. Al día siguiente, la taberna fue atacada por un grupo de estudiantes, a causa de lo cual intervinieron las fuerzas del orden para detener los enfrentamientos. Esta es la reyerta a la que se refiere LeGoff.  La fuente es este blog que a la vez lo toma de Maurice Bayen, Historia de las Universidades, Barcelona, Editorial Oikostau, 1978.

Por otra parte, Averroes vivió durante el siglo XII. Entre 1126 y 1198 más específicamente.

¡Espero con esto haber satisfecho las dudas!

Saludos.