Por otra parte, a mí me gusta muchísimo este tema de la epopeya homérica, como se habrán dado cuenta.
Aquí los pretendo contagiar, con algunas cosas que o bien leímos o no llegamos a leer, y presentándoles en más detalle algunas de las cuestiones que mencionamos en clase y que no dio el tiempo para profundizar. Andrómaca a Héctor: "No te apiadas del tierno infante ni de mí, infortunada, que pronto seré tu viuda; pues los aqueos te acometerán todos a una y acabarán contigo. Preferible sería que, al perderte, la tierra me tragara, porque si mueres no habrá consuelo para mí, sino pesares; que ya no tengo padre ni venerable madre. A mi padre le mató el divino Aquiles cuando tomó la populosa ciudad de los cilicios, Tebas, la de altas puertas: dio muerte a Eetión, y sin despojarle, por el religioso temor que le entró en el ánimo, quemó el cadáver con las labradas armas y le erigió un túmulo, a cuyo alrededor plantaron álamos las ninfas monteses, hijas de Zeus, que lleva la égida. Mis siete hermanos que habitaban en el palacio, descendieron al Hades el mismo día; pues a todos los mató el divino Aquiles, el de los pies ligeros, entre los flexípedes bueyes y las cándidas ovejas. A mi madre, que reinaba al pie del selvoso Placo, trájola aquél con otras riquezas y la puso en libertad por un inmenso rescate; pero Artemisa, que se complace en tirar flechas, la hirió en el palacio de mi padre. Héctor, tú eres ahora mi padre, mi venerable madre y mi hermano; tú, mi floreciente esposo."
Se mencionó en clase que Mario Sambarino (filósofo uruguayo, 1918-1989), en su artículo
“Investigaciones sobre la estructura aporético-dialéctica de la eticidad” (Montevideo: 1959), nos presenta un recorrido por los múltiples modelos morales y éticos de nuestra cultura occidental, y uno de ellos es la areté griega. Allí aclara que las disyuntivas aparentemente presentadas a los héroes no son tales, como en este hermoso fragmento donde Andrómaca le suplica que no salga a luchar. Si Héctor escuchara a su esposa, dejaría de ser quien es, perdería su areté, y su mundo, tal como él lo conoce, dejaría de ser tal. Héctor no tiene opción, pero es innegable la belleza del recurso literario utilizado por Homero.
Acerca de la sofrosyne de Néstor:"Los argivos, con agudos gritos que hacían retumbar horriblemente las naves, aplaudieron el discurso del divino Ulises. Y Néstor, caballero gerenio, los arengó diciendo:‑¡Oh dioses! Habláis como niños chiquitos que no están ejercitados en los bélicos trabajos. ¿Qué es de nuestros convenios y juramentos? ¿Se fueron, pues, en humo los consejos, los afanes de los guerreros, los pactos consagrados con libaciones de vino puro y los apretones de manos en que confiábamos? Nos entretenemos en contender con palabras y sin motivo, y en tan largo espacio no hemos podido encontrar un medio eficaz para conseguir nuestro intento. ¡Atrida! Tú, como siempre, manda con firme decisión a los argivos en el duro combate y deja que se consuman uno o dos que en discordancia con los demás aqueos desean, aunque no lograran su propósito, regresar a Argos antes de saber si fue o no falsa la promesa de Zeus, que lleva la égida. Pues yo os aseguro que el prepotente Cronida nos prestó su asentimiento, relampagueando por el diestro lado y haciéndonos favorables señales, el día en que los argivos se embarcaron en las naves de ligero andar para traer a los troyanos la muerte y el destino. Nadie, pues, se dé prisa por volver a su casa, hasta haber dormido con la esposa de un troyano y haber vengado la huida y los gemidos de Helena. Y si alguno tanto anhelare el regreso, toque la negra nave de muchos bancos para que delante de todos sea muerto y cumpla su destino. ¡Oh rey! No dejes de pensar tú mismo y sigue también los consejos que nosotros lo damos. No es despreciable lo que voy a decirte: Agrupa a los hombres, oh Agamenón, por tribus y familias, para que una tribu ayude a otra tribu y una familia a otra familia. Si así lo hicieres y lo obedecieren los aqueos, sabrás pronto cuáles jefes y soldados son cobardes y cuáles valerosos, pues pelearán distintamente; y conocerás si no puedes tomar la ciudad por la voluntad de los dioses o por la cobardía de tus hombres y su impericia en la guerra.Y, respondiéndole, el rey Agamenón le dijo:‑De nuevo, oh anciano, superas en el ágora a los aqueos todos. Ojalá, ¡padre Zeus, Atenea, Apolo!, tuviera yo entre los aqueos diez consejeros semejantes."
Acerca de los epítetos (adjetivos) utilizados en la épica para enfatizar su función educativa, veamos los siguientes referidos a Aquiles:
- Hijo de Tetis (diosa)
- Pelida (hijo de Peleo)
- divino
- el de los pies ligeros
- que rompe filas de guerreros y tiene el ánimo de un león
- varón a quien Zeus ama cordialmente
- semejante a los dioses
- pastor de hombres
- el mejor de los aqueos
- el más valiente de los aqueos
- implacable
- destructor de hombres
- inflexible hijo de Peleo
- despiadado
- Caro a Zeus
- Deiforme
- Que con su reluciente armadura semejaba al dios Ares
- Alumno de Zeus
- Destructor de las filas de guerreros
- Argivo más valiente que hay entre las naves
- Asolador de ciudades
Hay mucho más para decir de lo que quedó pendiente en clase. Por ejemplo: ¿podría entenderse una educación aristocrática, no como la educación para algunos elegidos por herencia, sino como la meta de una educación del ideal del hombre? Recuerden que el autor que les mencioné hoy es Jesús Conill, español, contemporáneo, quien presenta esta interpretación de "aristocracia" republicana. Si estuviéramos de acuerdo con esto, ¿qué características de la areté heroica cabrían en la areté republicana? Por ejemplo, ¿el deber de exigir ser tratados con dignidad? Ciertamente. ¿El luchar contra la corrupción? También. ¿El dar el ejemplo a los demás de ser un ciudadano incorruptible? Por supuesto. Se me ocurren otros, pero de esta reflexión se sigue... ¡cuántas cosas podríamos seguir teniendo en común con los antiguos griegos, hemos perdido y deberíamos volver a encontrar en su fuente! Como lo que se dijo en la primera clase.
Les dejo así la reflexión para el fin de semana...
Saludos a todos.